es el aire
creencia inabarcable e infinita
aspiración ascendente de vida
que en su inocencia respira transgresión aérea de materia inerte
como macizo rocoso que a su asensión se rinde
y ahí, en el límite de sus lindes
extraña una caricia silenciosa y eterna que la esculpa
porque no sabe, porque no siente, tan sólo está
expectante a la brisa marina que le asegure un cálido cobijo
a la turbulencia de mar que cimiente su último sitio
cobijando a una aérea vida de aves marinas y su cáustico estar
aves cuyos ecos atraviesan decididos sus resquebrajaduras
piedra marina que no sabe responder
desde el fondo de su caída al mar y su vuelo persistente y minucioso de sus minerales
que pueblan la piel imperceptible del mundo
y que de nueva vida llenan
aspirando y cobijando expectante de su partida
como es...
pues es aire.
armando haro
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