martes, 18 de febrero de 2014

GESTIÓN MORTUORIA, Anakaren

El presente proyecto de escultura en piedra tiene como objeto descontextualizar la imagen idealizada que se tiene de la mujer embarazada, en gestación, buscando hacer visible esta situación bajo la visión de la crueldad menos imaginable de la desnutrición, que por desgracia es la situación de muchas mujeres en el mundo, especialmente en el tercer mundo.

Así, el cuerpo en gestación de la mujer lo propongo dispuesto en un suelo dañado por la sequía y la carencia, erosionándose sus extremidades en el suelo seco y cruel, como si éste se convirtiera en el agua faltante, cuando éstas mujeres viven a pulgadas con una resignación irreversible.

Tiradas sobre la tierra cruel tratando de sostener una vida ajena, aparentando fortaleza o quizás sacándola de las entrañas, burlando a la muerte para vivir un día más. No tienen ya miedo, siguen sufriendo y luchando como si ese dolor fuera el registro de que siguen vivas cuando sus gritos los ahoga el vacío de su cuerpo, siendo sus esfuerzos abrazados por el desierto y desecadas por el mundano viento, muertas de alguna forma en ese paisaje lleno de mosaicos de dolor.

Por ello la pregunta: ¿se puede estar vivo y muerto a la vez? Y, más aún, ¿cómo se puede dar vida para luego verla partir sin poder hacer nada? ¿Olvidarán el dolor o es que éste ya murió igual que la esperanza?

Ver morir a alguien que por estar en tu vientre amas, quedarse con el corazón dormido, rogándole al desierto que entierre los recuerdos, sosteniéndose con unos músculos llenos de cansancio que cada vez más abrazan los huesos como si fueran a irse. Deseando un bien que no tiene parámetro en sus vidas, esperando que su cuerpo decida renunciar. 







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