En el espiral encontramos los seis pisos del infierno para llegar al cielo o bajar de él. La estrella como símbolo de Lucifer. Un espiral de oscuridad, el remolino que nos consume día a día. Los colores no son diabólicos ni tétricos, decidí jugar con texturas y colores, creando una especie de cubierta, en la última capa lleva rojo sangre para variar, representando el sufrimiento de cada hombre, la misma destrucción del hombre por el hombre, la noble naturaleza. Quise resaltar lo malo de las personas, en la que el hombre hace y decide actuar su propio infierno. A veces nos ahogamos en situaciones mínimas sin darnos cuenta, no nos importa y creemos que todo es un espiral que se lleva lo que no sirve. No nos damos cuenta de la existencia de una serie de luces color arcoíris, soplamos para no ver la luz. El mundo se acaba y nosotros no escuchamos la voz de la llamada conciencia, lo dejamos morir tirando basura y muchas de las veces siendo basura. Concentrémonos en ese bello infierno que nosotros mismos hemos construido sin objetar nada. En verdad existe aquel infierno, o simplemente el infierno lo vives en vida. Lo que quiero decir con esta escultura es, que el hombre tiene una sola oportunidad de vida, debe aprovecharla y ser una buena persona, nadie es perfecto, pero se puede ser un poco mejor e intentar tratar bien a la naturaleza que nos vio nacer.
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